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miércoles, 19 de noviembre de 2008

Héroes de la democracia: Juan José Cortés




España es un país cainita. Ya desde tiempos de Fernando VII “el deseado” y, luego, traidor hasta las guerras civiles a su pueblo. Pueblo que se enfrentó al mayor ejército del mundo en su tiempo, el frances, por él.



España niega envidiosa a quienes destacan, a quienes épicamente superan la apatía, la abúlia por lo común y la astenia de las centurias, busca mil recovecos donde discutir lealtades y comportamientos nobles. Niega y niega y niega y solo tras la muerte reconoce, siempre parco, algo de ese valor.

España oculta, oblitera y engaña a aquellos héroes, muchos de ellos cotidianos, para ensalzar a “heroes contra”, los y las de cada una de las dos Españas que hasta las rodillas en el fango se dan de palos torpes e instantáneos. Esa es la España que se ve en los medios y también en las casas pero no toda la España que existe.




Sin embargo de cuando en cuando surgen héroes, heroes involuntarios, algunos trágicos, que elevan la categoría del ser humanos y de la cultura que manejamos con torpeza a un estadio mejor y superior. Son aquellos Blas de Lezo, Juan Martín “El empecinado” o Churruca que llenan pocos libros, que son supeditados siempre a la versión oficial y que se ahogan en la historia sin conmemoración necesaria.


Hoy se une otro heroe, Juan José Cortés, el padre de la niña Mariluz Cortés asesinada por un pederasta. Un héroe de nuestro tiempo, de nuestra vida, de la democracia y la confianza en la policía, los jueces, el estado de derecho y las leyes, una persona que con sencillez y la verdad en la mano, la gran verdad, ha podido modificar las leyes que le arrebatarón a su hija en manos de un pederasta perverso y alimaña. Nadie pudo contradecir la flagrancia y fragancia de su razón de hierro apoyada en más de 500.000 firmas de ciudadanos, ni mercachifles periodistas, ni trujimanes políticos.


Juan José Cortés, un héroe que no buscó la venganza, el desasosiego, ni la sangre, yo lo hubiera entendido, sino el evitar que eso se repita, el no amilanarse frente a esos poderes que, aunque parezca mentira están a nuestro servicio. Por eso, por su entereza, por el modelo que sirve para todos, por romper muchos clichés y ser un ciudadano ejemplar donde todos hubieramos sidos terribles es por lo que le doy esa categoría: Héroe.

Lo es y como tal debería tener estátuas, fiestas, honores y alamares. Sin duda no será así: los que no los merecen ya están arrogándose el mérito (aquí y aquí).
Españas en Recuerdos del día de mañana.
Nota: Actuación temprana en el caso de desaparición de niños, endurecimiento de penas, registro de pederastas, seguimiento y cumplimiento integro, verificación de condiciones de encausados y culpables respecto a la ley son parte de los acuerdos que Juan José Cortés logró para un asunto de capital importancia, la pederastia, y que le robó probablemente su mayor tesoro: su hija Mariluz y le abocó a una búsqueda inútil, primero, y a una campaña que nos lo ha mostrado, muy a su pesar..

El 81% de las familias está a favor de la cadena perpetua







Juan Jose Cortés exige al Gobierno que las entidades que trabajan con niños tengan acceso al registro de pederastas.El 81% de las familias está a favor de la cadena perpetua para estos delincuentes, según un estudio



MADRID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) - El padre de Mari Luz Cortés, Juan José Cortés, exigió hoy al Gobierno que las entidades que trabajan con menores --colegios, ONG o asociaciones-- tengan acceso al Registro Central de Penados y Rebeldes, en el que se integrará la información relativa de los pederastas, que está reservado exclusivamente a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Asimismo, anunció que el próximo 21 de junio habrá una manifestación en Madrid para pedir la cadena perpetua para estos delincuentes.Para Cortés sería una medida "intermedia" entre el acceso público a las listas de los agresores sexuales y el restringido a la Policía, así como "imprescindible" para salvaguardar la identidad de los menores y evitar que los pederastas se encuentren en el entorno de los niños. "Santiago del Valle estaba inscrito en el colegio de mi hija", recordó el padre de Mari Luz en la presentación de los resultados de la encuesta 'El Barómetro de la Familia' sobre el estado de opinión de la sociedad española frente a los delitos de pederastia, realizado por la Revista Padres y Colegios.A pesar de reconocer el "cansancio físico y psicológico" que sufre la familia de la menor muerta, tras recorrer España para recoger las más de 1.200.000 firmas a favor de la cadena perpetua para los condenados por acoso sexual a menores, Cortés quiso manifestar su intención de "proseguir" con su iniciativa para que "la sociedad exija al Gobierno lo que debe hacer con estos criminales" e "intentar, con ésto, que Mari Luz sea la última víctima".Asimismo, calificó de "light" las medidas aprobadas la semana pasada en el pleno del Congreso, sobre la elevación de las penas de los agresores sexuales de menores y desvalidos y la integración de estos delincuentes en los registros de la Policía, ya que, a su juicio, "los políticos quieren que los pederastas paguen una pena mínima, por encima de los derechos de la víctima".Sin embargo, celebró que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, le confirmara ayer tras reunirse con él, su compromiso para estudiar la implantación de un protocolo especial que permita una actuación urgente en los casos de desaparición de menores.



EL 81% DE LAS FAMILIAS A FAVOR DE LA CADENA PERPETUASegún el estudio presentado hoy sobre el estado de la opinión de las familias en relación a la cadena perpetua para los casos de pederastia, el 81 por ciento se manifiesta a favor de imponer un castigo "más estricto" para estos delincuentes con el objetivo de evitar que, tras su puesta en liberad, reincidan.Si bien no se aprecian diferencias entre aquellos padres que tienen hijos en edad escolar y quienes no los tienen, esta diferencia es "significativa según el nivel estudio de los encuestados y el sexo", señaló el director de la publicación Padres y Colegios, José María Moya.Aunque el apoyo a esta medida es mayoritario en todos los casos, son menos (el 70 por ciento) los ciudadanos con estudios universitarios los que exigen esta medida, frente al 85,5 por ciento de las personas con estudios de Primaria.Asimismo, la mujeres se muestran más partidarias de reformar el Código Penal para endurecer las penas a los pederastas. Así, un 87,8 por ciento de ellas apoyaría la cadena perpetua, mientras que los hombres son partidarios de esta medida en un 73,8 por ciento de los casos. En este sentido, el director de la ONG Protégeles, Guillermo Cánovas, subrayó que estos datos "no son sorprendentes porque nueve de cada diez agresores sexuales son hombres".



LA APOLOGÍA DE LA PEDERASTIA, "UN DELITO"Asimismo, el presidente de la ONG Protégeles manifestó la "necesidad" de que se tipifique como delito la apología de la pederastia, "tal y como se hace con el racismo y la xenofobia".Según explicó Cánovas "es muy difícil cerrar sus puntos de reunión en Internet (webs, blogs o foros)", donde, según aseguró, estos delincuentes "intercambian información, fotografías y vídeos sobre abusos sexuales a niños".

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Dicho por quien lo ha demostrado, cargando con su cruz









¿Alguien recuerda las enseñanzas del santo Job? El hombre que lo perdió todo, la salud, la familia, las riquezas materiales, todo, menos su fe en Dios y la alegría y paz que ello supone para quienes tienen esa fe. Juan José Cortés, padre de Mari Luz, la niña secuestrada y muerta a manos de un pederasta, ha perdido lo que nadie está preparado para perder: un hijo; peor aún que eso, una hija pequeña. Sobrevivir a un hijo es algo antinatural, contra lo que el cuerpo, la mente y el corazón se rebelan. Juan José, sin embargo, ha convertido su tragedia en enseñanza. Su dolor en fuerza. Su tristeza en paz. Enseñanza, fuerza y paz que derrocha a manos llenas entre quienes le rodean. No es que la muerte de la pequeña Mari Luz le haya hecho grande. La tragedia simplemente ha arrojado luz sobre un hombre que ya era, que sigue siendo, inmenso.Juan José Cortés visita Palma. Viene invitado por el Foro de EL MUNDO de Baleares para hablar del dolor y del amor. Aprovechará su visita. El Foro será el miércoles 21, a las 20.00. Además, en su visita a Palma, participará en varios oficios protestantes en Son Banya, epicentro del dolor y la desesperación de muchas personas. Y recogerá firmas. Pero vayamos por partes. ¿Quién es Juan José Cortés? El pasado 6 se abril, domingo, Ana María Ortiz trazaba en la edición de Crónica un perfil estremecedor de este hombre. Gitano, en el mejor de los sentidos de la palabra, si es que ésta tiene alguno malo. Esposo, se casó en 1993 con Irene Suárez. Ella tenía 16 años, él 24. Y religioso. Pero con una fe que mueve montañas.La muerte de su hija Mari Luz no le ha hecho abdicar de su fe ni de su bonhomía. Probablemente porque sabe que desde el día en que la pequeña murió hay un ángel en el Cielo que lo mira con ojos especialmente enamorados. ¿Qué amor es comparable al de una nena por su papá? De Juan José Cortés, escribe Ana María Ortiz, gitano nacido en Huelva en 1969, "se ha alabado la cordura para gestionar el drama con una templanza insólita dadas las circunstancias. Se ha aplaudido su integridad. Su civismo. Su mesura. Su prudencia. Su misericordia". Misericordia. ¿Quién puede ser misericorde cuando le secuestran y matan a una niña de cinco años y el sospechoso es un pederasta que debería estar en prisión? Sólo un ángel. Creíamos que ya no quedaban, pero resulta que aún hay alguno pisando este valle de lágrimas donde las pasiones llegan a ser tan bajas que ha habido que inventar palabras como pederasta o pedófilo para nombrar cosas innombrables.Cuando Ana María Ortiz lo entrevistó, su mujer Irene sufría en silencio, sentada en una butaca. Su marido, con ese sexto sentido que tienen los ángeles, contaba su vida a la periodista de Crónica, pero de un modo que supo redirigir para consolar a su mujer: contó cómo hizo la prestación social sustitutoria en la ONCE, cómo aprendió el lenguaje Braille, cómo en aquella época comenzó a cartearse con Irene. Su mujer le oye. Recuerda. Sonríe. Una gota de rocío en medio de la tragedia. Ha vuelto a pasar un ángel. Juan José Cortés ha rechazado con dulzura a quienes le ha parecido que habrían podido distorsionar el devenir de los acontecimientos. Una asociación gitana: "A Mari Luz no la mataron por ser gitana". Un abogado de casos famosos que quería sacarle millones al Estado: "No quiero un circo. Ni sirvo para ambicionar dinero. Me he conformado con lo justo para mantener mi casa y ser feliz". Videntes, cazafortunas y otros buitres han salido volando de su casa, en la que no les dio tiempo ni a aterrizar.¿Cómo puede ser tan entero un hombre tan herido? El origen de su entereza, escribe Ortiz, hay que buscarlo en los tres pilares que lo cimentan. El deporte, el fútbol más concretamente, que le ha forjado una personalidad combativa. La fe, que practica activamente desde su condición de pastor de la Iglesia Evangélica de Filadelfia. Y una filosofía de vida orquestada en torno a su piedra angular: "Hacer felices a los que me rodean. Nunca he sido feliz si los ellos no lo son".Dicho por cualquiera, suena a milonga. Dicho por quien lo ha demostrado, cargando con su cruz, es un ejemplo, un ejemplo inmenso.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Ejemplo de coraje y valentía






Este es el nombre que desgraciadamente es actualidad por el asesinato de su hija, Mari Luz Cortés. A buen seguro que le hubiera gustado mantenerse en el anonimato teniendo en cuenta el motivo por el cual es portada de todos los medios de comunicación nacionales. No es momento para hablar de negligencias, responsabilidades y fallos de nuestro sistema judicial que, visto lo visto, son obvios y escandalosos.Mi comentario pretende analizar el aspecto humano de un cabeza de familia que tiene que enfrentarse a la mayor desgracia que le puede ocurrir, enterrar a un hijo asesinado por un abyecto personaje que despierta en la opinión pública los más bajos instintos y el deseo, más que de justicia, de venganza. Juan José, haciendo un admirable ejercicio de entereza, contención y sentido común, el menos común de los sentidos, ha sorprendido y conmovido con una lección de humanidad y de congruencia con sus propias creencias éticas y religiosas. La mayoría, en estos casos, nos hubiéramos alineado con aquéllos que, clamando justicia, hubieran optado por tomársela por su mano, pero nos hemos encontrado con un modelo de comportamiento a seguir, inédito en nuestros días. Juan José Cortés es un espejo en el que muchos deberíamos mirarnos para ver la forma de actuar que, en numerosas ocasiones, aplicamos en casos de muchísima menor gravedad. Ejemplo de coraje y valentía, no abandona la convicción de aquel que se sabe asistido por la razón y la justicia, que tarde o temprano habrá de hacerse en éste y en otros muchos casos similares en el que, además de la propia víctima sus familias, destrozadas, son depositarias últimas de tan dolorosos lastres. Desde este humilde rincón, toda mi solidaridad para esta familia y el deseo que nunca más se vuelvan a repetir hechos tan execrables e inhumanos por dejación de los que deben administrar seguridad y la justicia.

Dios les bendiga y que sigamos creyendo en Dios


Que sean felices, que Dios les bendiga y que sigamos creyendo en Dios y en la justicia. Estas palabras que se escuchaban hace minutos por la radio no provienen de un creyente o de un buen ciudadano cualquiera. Sino de un padre que acaba de saber que el asesino de su hija perpetró el crimen por un espantoso error del aparato judicial. Así se despedía de la entrevista que le hacía Jesús Cintora en el informativo Hora 25.No sabe uno qué es más asombroso, si el grado de indolencia al que, en su obsesión por no penalizar en exceso al delincuente, puede llegar nuestro estado de derecho, o la lección de sentido común, de temple y de nobleza de espíritu de Juan José Cortés. Así lo hace constar el Duende: a partir de este momento, este padre inconsolable es uno de sus héroes.Siempre son admirables aquellos que, habiendo visto morir a alguno de sus hijos, mantienen el ánimo y tratan de salir adelante sin humillarse al destino. El Duende conoce a varios, y siempre ha pensado que deberían de sentar cátedra para enseñar a vivir reprimiendo el llanto. Son terapia inexcusable ante cualquier aflicción que pueda uno sufrir.Pero en este caso la lección va más lejos. No ha sido el azar, sino la mano del criminal y la torpeza del juez. Y, a la postre, la negligencia de un sistema que, confesaba Cortés, he respetado siempre y quiero seguir respetando. Sin embargo agradecía la llamada del presidente Zapatero, y sigue proclamando su fe en la convivencia y en el estado de derecho como si en lugar de un humilde trabajador fuera un doctor en leyes o un padre de la patria. Sencillamente increíble.Creía el Duende que las circunstancias del crimen y la ira popular que ha levantado el presunto asesino harían mella en él. Pero sin duda, además de ser tan cortés como dice su apellido, este hombre es generoso, noble y a todas luces ejemplar. El Duende le ha escuchado emocionado y está convencido de que es un santo. http://www.cadenaser.com/actualidad/audios/padre-mari-luz-hora-25/csrcsrpor/20080331csrcsr_1/Aes/

sábado, 1 de noviembre de 2008

Luis Molina, quien ha ejercido todo este tiempo como portavoz de la familia.- Este hombre tiene ahora mismo más credibilidad que Zapatero.








La otra vida del padre de Mariluz La tragedia destapó a un hombre de cualidades extraordinarias. La fe, el deporte y hacer felices a los suyos son sus pilares. Juan José nos cuenta que quiere entrenar en Primera. Aunque su meta, sin odio, es que se apruebe la cadena perpetua. Juan José Cortés, 38 años, piensa vender su piso y abandonar huelva. "Aquí ya nunca podremos ser felices", afirma. Su cuerpo está recostado sobre el lateral del coche pero a saber dónde anda su mente. Hace minutos que Juan José Cortés ha desconectado de la conferencia sobre cetrería que su hermano Diego imparte entusiasmado al equipo de Crónica. El halconero detalla las peculiaridades de su águila harry, de nombre Paco. Miércoles tarde.-Es musulmán, no come cerdo -bromea mientras le sirve el almuerzo al bicho.La rapaz, colocada sobre una mesa de bar en la acera del edificio donde viven los Cortés, en el barrio onubense de El Torrejón, tarda segundos en devorar un par de pollitos importados ex profeso de Francia.Juan José asiste ausente a la voraz escena. Se muestra más abatido que de costumbre. El día le pesa. Hace sólo unas horas que ha fallecido su abuelo materno, Antonio, y la familia lo está velando en el mismo tanatorio donde lloraron a su hija Mari Luz. Viene de allí. Los recuerdos le escocían demasiado y se ha excusado pronto. El abuelo había cumplido ya 80 años pero era un roble doblado de golpe por la pena. "Empezó a enfermar cuatro días después del entierro de Mari Luz y se fue consumiendo poco a poco. Ha sido otro duro mazazo", musita.Juan José sigue circunspecto, digiriendo el nuevo mal trago y meditando si accede a la petición de Crónica, que le ha solicitado una entrevista en la que se hable de él más que del caso Mari Luz. En medio de la tragedia más atroz y lacerante -¿qué horror mayor que una hija de cinco años asesinada por un pederasta que debía estar en prisión?- se ha destapado ante la opinión pública como un hombre de cualidades extraordinarias. De Juan José Cortés Fernández -gitano nacido en Huelva, el 28 de octubre de 1969- se ha alabado la cordura para gestionar el drama con una templanza insólita dadas las circunstancias. Se ha aplaudido su integridad. Su civismo. Su mesura. Su prudencia. Su misericordia.En su entorno no son muy partidarios de que nos atienda. El calibra si debe erigirse en protagonista.-Juan José Cortés es el hombre del momento, -dice el recién llegado al corro en torno al águila, Luis Molina, quien ha ejercido todo este tiempo como portavoz de la familia.- Este hombre tiene ahora mismo más credibilidad que Zapatero. Su testimonio vale mucho.Juan José escucha con interés la diatriba hasta que se pronuncia.-Venga, vamos a hacerlo, que han venido desde Madrid.-¿Y cuánto tiempo les vas a dedicar? A las diez viene la tele -lo apremia Luis.-El tiempo que necesiten, que hagan su trabajo.El trabajo básicamente consiste en tratar de contar qué mimbres han trenzado su coraza.Ya en faena, en el salón de su casa, se reafirma como hombre de discurso cabal, muy cercano y cordial. Es generoso en detalles y anécdotas. Como cuando cuenta lo del braille. Juan José Cortés no prestó el servicio militar porque se declaró objetor de conciencia -«siempre he estado en contra de la violencia»- y tuvo que hacer la prestación social sustitutoria en la ONCE, donde aprendió el lenguaje de los ciegos.-En aquel tiempo comencé a cartearme con Irene [hoy su mujer] y para que nadie leyera nuestras cartas se las escribía en braille. A ella le di una tablilla para que pudiera entenderlas y responderme.El recuerdo hace que la esposa, hundida en un sillón en la otra diagonal del salón, esboce un amago de sonrisa. Hacía tiempo que no emitía muecas de dicha. Irene Suárez, 30 años, departe con un par de vecinas que suelen consolarla por las tardes.El hogar de los Cortés es casa de puertas abiertas. La noche anterior, los mismos asientos estaban copados por varios emisarios de la asociación gitana Yerba-buena, que pretende personarse en el juicio como acusación popular. Juan José no es partidario de que lo hagan. «A Mari Luz no la han matado por ser gitana», dice. No quiere, además, que la condición racial distorsione la esencia de su demanda, que es universal: Justicia.Lo visitaba también el mediático abogado Marcos García-Montes -caso Rocío Wanninkhof, asesino de la Baraja, Fago-, quien quería ofrecerle sus servicios para una posible demanda millonaria contra el Estado. Juan José declinó la invitación educadamente. "No quiero que el caso se convierta en un circo", argumenta. "Y no sirvo para ambicionar dinero. Nunca ha sido un pilar fundamental en mi vida. Me he conformado con tener lo justo para mantener mi casa y ser feliz".Con la misma elegancia despachó a videntes y demás caza fortunas sin escrúpulos que quisieron sacar unto de su desesperación. "En esto he descubierto que hay mucha gente buena y poca gente muy mala", dice con benevolencia, dando prioridad a la cara más amable de la desgracia. Llegaron a llamarlo un puñado de falsos secuestradores que reclamaban entre 50.000 euros y dos millones. "Decían que tenían a Mari Luz y cuando pedía que me la pusieran imitaban voz de niña. Simplemente querían recochinearse".Juan José viste ropa holgada. Entre él e Irene fácilmente han perdido medio centenar de kilos en los últimos dos meses. Ambos aún precisan de somníferos para dormir. El desmoronamiento es evidente en ella, siempre abatida y callada. El, sin embargo, se mantiene erguido.El origen de su entereza, dice, hay que buscarlo en los tres pilares que lo cimentan. El deporte, el fútbol más concretamente, que le ha forjado una personalidad combativa. La fe, que práctica activamente desde su condición de pastor de la iglesia evangélica Filadelfia. Y una filosofía de vida orquestada en torno a su piedra angular: "Hacer felices a los que me rodean. Nunca he sido feliz si los ellos no lo son".El chándal azul No fue casual que durante las ruedas de prensa que celebró mientras duró la búsqueda de Mari Luz -54, tantas como días estuvo desaparecida, siempre a las 16.30, en la puerta de su casa-, Juan José vistiera recurrentemente la chaqueta del Recreativo de Huelva. De color azul, que simboliza la libertad. "Ponerme el chándal era el modo de enfrentarme a aquello. Me transmitía el espíritu deportivo al que tenía que aferrarme para seguir. 'Tengo que luchar, tengo que luchar, tengo que luchar...', me decía».Cortés llegó a ser un central sólido parado en seco por una mala caída. Con 20 años, recién su debut con el primer equipo del Recre, se fracturó las dos muñecas. Encaminó entonces su carrera deportiva hacia el puesto de entrenador y está a un solo curso de obtener el carné para trabajar en Primera. Sería el sueño cumplido. El mueble del salón está repleto de trofeos a su nombre.Esta temporada dirige al Pinzón, un equipo de Regional Preferente al que cogió en la octava jornada con cero puntos. El día que desapareció Mari Luz -domingo, 13 de enero- habían escalado en la tabla y rozaban la salvación. Esa tarde se enfrentaron al líder. «No sé por qué, pero quise cambiar el encuentro al sábado. El equipo contrario no accedió. Fue un partido de coraje. Nos hicieron un gol, empatamos y a falta de tres minutos y con un jugador menos marcamos el tanto de la victoria. Lo celebraba con los jugadores en el campo cuando mi mujer llamó. Pasé del cielo al infierno. Volví a casa temblando como un niño. "Mi hija ya no vuelve", me dije.Rompe la tensión del momento el timbre del móvil. Llaman de la revista alemana Stern. Los atiende. Las interrupciones son constantes. Hablará también con un portavoz del CGPJ, con la concejala de un ayuntamiento tinerfeño, con un espontáneo que quiere hacer una escultura de Mari Luz (se le han ofrecido también para escribir un libro) y con varios periodistas. "¿Un directo o un falso directo?", se le oye decir, ducho en la terminología de los medios. A los de Stern les pide que le envíen el artículo en alemán. Lo traducirá con ayuda del ordenador.Juan José Cortés tiene una curiosidad innata que le ha llevado a cultivarse en decenas de materias sin conexión aparente. Aparte de sus conocimientos informáticos -suma más de 500 horas en cursos-, tiene el título de FP de auxiliar de automoción, un diploma que lo acredita como animador sociocultural y estudios de fotografía.Si de pequeño faltaba alguna vez al colegio no era por falta de interés. Muchos días quedaba al cargo de sus tres hermanos pequeños -Diego, Antonia y Francisco Valentín- mientras sus padres montaban el tenderete ambulante del que comía la familia. El también compró una furgoneta cuando se casó y se dedicó a vender textil en varios rastrillos de Huelva. Luego cedió el negocio a sus suegros y fichó como encargado de una constructora. El último apunte en su currículo es la contratación de 10 obreros con los que montó su propia empresa, ahora descabezada.500.000 firmasJuan José Cortés sólo tiene un trabajo en mente: encargarse personalmente de que se le haga Justicia a su hija; lograr un ley que sea implacable con los pederastas; y asegurarse de que quienes tan estrepitosamente han fallado permitiendo que el asesino residiera (libre) a 50 metros de su casa paguen por ello. Las primeras responsabilidades comenzaron a depurarse el viernes, cuando los inspectores del CGPJ que investigan el caso señalaron al juez sevillano Rafael Tirado Márquez como culpable del despropósito judicial. Propusieron que se le expedientara por falta muy grave.Los Cortés, tan singulares que cuentan con novillero frustrado y una bailaora en sus filas, ya a acomcluido a dias de hoy la recogida de firmas porque ya se entregaron en su tiempo. Necesitan 500.000 rúbricas para pedir que se condene de por vida a quienes abusen sexualmente de un menor. "Sé que lucho por algo muy peliagudo, que la expresión 'cadena perpetua' asusta. Llamémosle de otra manera, 'privación de libertad indefinida' si se quiere, pero hay que evitar que gente como este asesino esté en la calle".Desde que detuvieron al presunto asesino de su hija, Juan José no ha vuelto a acudir a la iglesia. No es que la rabia o la imposibilidad de comprender la pérdida hayan resquebrajado su fe. "Dios está por encima de las circunstancias y no tiene culpa de las cosas que pasan en la vida", dice. Si no asiste todos los días al culto de las 19.30 es porque la agenda no le da más de sí. Toda la familia es devota de la iglesia Evangélica Filadelfia, con mucho predicamento entre los gitanos. En el barrio de El Torrejón abundan los vehículos con la silueta del pez -símbolo evangélico- pegada en la luna trasera.Juan José ingresó en la comunidad a los 21 años en una ceremonia bautismal colectiva que se materializó con la inmersión de los principiantes en una piscina. Quiso implicarse aún más con el culto y durante cinco años se preparó a conciencia en una escuela bíblica de la que salió con la titulación de predicador. Durante años ejerció de pastor en varios pueblos de Huelva, pero ahora se encuentra en la reserva.Por los niñosEntre otros motivos, decidió tomarse esta especie de excedencia para poder dedicarle más tiempo a sus tres hijos: Juan José, Daniel y Mari Luz. "Hacerlos felices a ellos, es lo que más feliz me ha hecho a mí", insiste en su doctrina altruista. Por darles gusto, el verano pasado dispuso que ya era hora de que los Cortés se tomaran las primeras vacaciones de su vida. Se marcharon dos días al Algarve portugués, recién desaparecida Madeleine McCann. "Fuimos con cierto recelo. A medida que nos acercábamos a Faro pensaba: '¿Y si nos pasa a nosotros?'. Pero me decía que no, que en la vida nos se pueden tener esos miedos, que no te puedes dejar llevar por la histeria colectiva. Y disfrutamos de unos días muy hermosos que no se volverán a repetir".El pequeño de los Cortés, Daniel, de nueve años, merodea continuamente por el salón. Alumno de sobresalientes, pide ayuda con los ejercicios de inglés o ensaya para el examen de flauta. El mayor, Juan José también, 13 años, llega del entrenamiento con los juveniles del Recreativo de Huelva y se dirige directamente a su cuarto. No vuelve a salir de allí. El padre no ahorra en elogios cuando habla de sus cualidades como central y de su proyección futura como futbolista. El Sevilla se ha interesado por él.El fichaje podría ser la excusa a la que se agarre la familia para dejar Huelva. Piensan irse. La casa del pederasta está demasiado cerca: "Dar la vuelta a la esquina es pasar todos los días por una cuchilla", dice. "Aquí ya nunca seremos felices".Finalizada la entrevista, a punto de entrar los de la tele, es él quien lanza la última pregunta:-Bueno, decidme la verdad, ¿qué os ha parecido Juan José Cortés?

viernes, 31 de octubre de 2008

Primero está Ghandi y después viene Juanjo




Juan José Cortés, el padre, tiene 38 años y el porte noble de los hombres que nunca levantan la voz. Ni siquiera con una hija, víctima de un depredador sexual. Sus cuatro hermanos -Diego, Antonia y Francisco Valentín- alucinan con él. En estos dos meses y medio le han visto cargar con todo y tragárselo. No para guisar una venganza a fuego lento, no. Juanjo, como todos le llaman en la familia, no es de esos. "Lo he pensado mucho estos días y creo que primero está Ghandi y después viene Juanjo", dice Diego, que cumple 36 años el domingo que viene y vive un piso por debajo de su hermano. Por respeto, por esa militante e inflexible devoción a la "espiral familiar", como él llama al sentido de clan de los gitanos, Diego, "bastante menos ‘santo' que Juanjo", no se ha tomado la justicia por su mano.Impune pederasta "Me debo a un sometimiento a mi hermano mayor. Si él dice que es blanco, es blanco. Ese respeto ha sido el impedimento para que yo no actúe, dice alto y claro sobre Santiago del Valle, el impune pederasta que campó a sus anchas por varias provincias españolas desde 2001. Nunca pisó la cárcel pese a estar implicado en cinco procedimientos judiciales por abusos sexuales a niñas.Me debo a un sometimiento a mi hermano mayor. Por mí, lo mataría. Iba a por él y lo matabaCon el tono profundo que ha sacudido al país entero, sin perder las formas, Juan José contesta con una sola palabra cuando se le pregunta cómo se siente. "Sorprendido. Trato de entender y dejar que pase el tiempo, pero sé que nunca más volveré a ser el que era". Cámbiame, Señor, hazme fiel / Eres el alfarero, yo soy el barro, dice uno de los himnos de la Iglesia de Filadelfia, la doctrina evangelista en la que Cortés ejerce como pastor desde hace años. Es uno de los 200.000 gitanos españoles que han decidido entregarse a esta confesión pentecostalista, a la que popularmente se conoce, no siempre con el respeto debido, como Los Aleluyas.Sus creencias ¿Sirve la fe para esconderse, para refugiarse? Juan José lo niega: "Las cosas pasan y cuando uno acepta la fe que profesa es imposible volver atrás. La fe no se mueve a nuestro gusto y mis creencias nunca han sido un refugio en estos días de tanto dolor. Son una realidad, algo que está por encima de mí".Las cosas pasan y cuando uno acepta la fe que profesa es imposible volver atrás. Mis creencias nunca han sido un refugio en estos días de tanto dolorDiego Cortés, descreído y doliente ("A mí que nadie me hable de Dios") cree que su hermano va por el mundo, incluso en estos días opacos, con el paso formidable de los especiales. "Aunque Dios no existiese tendrían que inventar un cielo para mi hermano. Me pregunto una y otra vez quién le da a este hombre el control y la mesura para impedirnos, con su dolor por delante, que nos busquemos una ruina tomándonos la justicia por nuestra mano". Una infancia feliz Pero se equivoca quien piense que hablamos de un beato alejado del asfalto y con los pies en el cielo. Criado en El Muro, un suburbio de chabolas y casuchas de la barriada onubense de Navidad, Cortés se confiesa propietario de "una infancia feliz, con mucha libertad y en un ambiente en el que...", y aquí se detiene para tomar aire, "no ocurrían cosas extrañas en la calles". Bregó con la vida desde chico. Se le daba bien la mecánica, que estudió en un centro de Formación Profesional, pero tuvo que ayudar pronto a su madre en la venta ambulante de ropa porque el padre hacía turnos de 9 meses en la marina. El mercadeo aún es lo suyo, aunque ha encontrado tiempo para entrenar a futbolistas (los juveniles del Recretivo de Huelva y últimamente los del Pinzón, de una liga regional), oficiar como pastor y militar en el PSOE.Ideología desgastada La ideología la lleva bastante desgastada ahora, tras esperar en vano que alguien encontrase viva a Mari Luz y enterarse de que Del Valle debería estar en la cárcel de no ser por la impericia y desidia de los jueces y sus superiores. "En las cosas se puede creer parcial o totalmente. En mi fe creo totalmente. Hubo un tiempo en que creía que el socialismo era quien debía velar por nuestra seguridad. Ahora sólo lo creo parcialmente". La mujer de Juan José no está para hablar. Se llama Irene Suárez y lleva peor el dolor. Está tomando tranquilizantes y la cuidan con mimo algunos de los muchos familiares (los Cortés son una saga de 200 personas sólo en Huelva) que se acercan a la casa del barrio El Torrejón (1.500 viviendas sociales y 7.000 vecinos), al noroeste de la ciudad.Intenso dolorDicen que Irene no puede sacudirse el sentimiento de culpa, porque fue ella quien dejó a Mari Luz bajar sola al quiosco, como otras tantas veces, a comprar unas chucherías el domingo 13 de enero, a eso de las cinco de la tarde. Fue en el puesto donde vieron a la cría por última vez. El otro hijo del matrimonio, Juan José, de 13 años, no habla demasiado y los padres no quieren forzar la salida de las emociones. "Preferimos no hurgar en su interior y que él encuentre la forma de ir sanando la herida poco a poco. El tiempo hará lo demás", dice Juan José. Cuando está solo, en las noches en que las pastillas le ayudan a caer en el sueño, el padre de Mari Luz recibe la mejor de la visitas. Mari Luz ("la niña más dulce y tierna de la Tierra") ha venido a verle dos veces. En la primera, la cría corría y se le echaba al cuello. "No pasa nada, no pasa nada", le decía. En la segunda, los detalles eran más claros: "Fue un sueño muy bonito. Yo llevaba a arreglar sus botas favoritas, unas de color rosa que le quedaban grandes y estaban rotas de tanto como se las ponía. Cuando se las traía ya reparadas ella se me echaba al cuello de lo contenta que estaba. Me gratificaba con una sonrisa".